Yo no sé de pájaros
no conozco la historia del fuego,
pero creo que mi soledad debería tener alas.
de "Las aventuras perdidas" (1958)
miércoles, 5 de enero de 2011
domingo, 2 de enero de 2011
AMOR !!! Juana Ibarbourou (uruguaya)
Primavera
en gracia de olor.
Primavera
en gracia de amor.
Sueño desvelado,
rara sensación.
¿Qué abeja se ha entrado
en mi corazón?
Inquieta,
no como ni duemo tranquila.
Ansiedad secreta,
llama en la pupila.
Yo estoy embrujada
¡antes no era así!
Yo estoy hechizada
desde que lo vi.
Lengua que no canta
es mala señal.
Boca que no canta
va gritando mal.
Y sigo la vía
sin saber si es que
encontré alegría
o si angustia hallé.
Yo estoy embrujada
¡Antes no era así !
¡ Yo estoy hechizada
desde que lo vi !
en gracia de olor.
Primavera
en gracia de amor.
Sueño desvelado,
rara sensación.
¿Qué abeja se ha entrado
en mi corazón?
Inquieta,
no como ni duemo tranquila.
Ansiedad secreta,
llama en la pupila.
Yo estoy embrujada
¡antes no era así!
Yo estoy hechizada
desde que lo vi.
Lengua que no canta
es mala señal.
Boca que no canta
va gritando mal.
Y sigo la vía
sin saber si es que
encontré alegría
o si angustia hallé.
Yo estoy embrujada
¡Antes no era así !
¡ Yo estoy hechizada
desde que lo vi !
RESCATE !!!! Alejandra Pizarnik
a Octavio Paz
Y es siempe el jardín de lilas del otro lado del río. Si el alma pregunta si queda lejos se le responderá: del otro lado del río, no éste sino aquél.
de Extracción de la piedra de la locura (1968)
Y es siempe el jardín de lilas del otro lado del río. Si el alma pregunta si queda lejos se le responderá: del otro lado del río, no éste sino aquél.
de Extracción de la piedra de la locura (1968)
sábado, 1 de enero de 2011
RIMA VII (13) Gustavo Adolfo Bécquer
Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé; cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Lázaro espera
que le diga: "¡Levántate y anda!"
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé; cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Lázaro espera
que le diga: "¡Levántate y anda!"
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