miércoles, 27 de febrero de 2013

LAS COPLAS DE MARCELINO M ROMAN (1945)

Hay yuyos que hacen al cuerpo
si son bien administrados,
mejor que las porquerías
que prepara el boticario.

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Si el riñon no cabrestea
dele cola de caballo,
y a la lombriz dele fin
con semilla de zapallo.

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Cuando uno llega a sentir
desarreglo del estómago,
tómese un té de arazá
o de la yerba del toro.

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Dicen que un baño de salvia
da suerte para el amor;
ruda y yerba de la iguana
para engualichar mejor.

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Yerba del ciervo le da
a la sangre una mejora,
igual la zarzaparrilla,
la quina y la zarza-mora.



Hay que tener en cuenta que en esa época todo se curaba con yuyos, mamá lo arreglaba así, con té de lechuga para los nervios, de tilo,; las heridas se curaban con yerba carnicera; las inflamaciones con malva, la tos con miel y guaco, si la herida tenía sangre, bastante azúcar en ella; el sarampión: cama y un pompón rojo en la frente; para el dolor de cabeza , rodajas de papas en las sienes, .... y así tantas!!!!!!

"LA CURANDERA" Eliseo Porta Uruguay

Vive sola en un rancho que es casi una tapera.
la circunda el renombre. Vió tres revoluciones.
Sus hijos, que son muchos, " andan por ai, de piones".
La gente la saluda, lo mismo que a la aruera,

con temor y respeto. Entiende de oraciones.
Ya no cabe en el pago su fama de yuyera.
Cura del grano malo, del aire y la bichera.
Sabe contra gualichos y contra maldiciones.

llegan hasta su rancho chinitas con ojeras
y gauchos cavilosos " con una cosa rara",
y a todos los atiende, discreta y servicial.

¡Si sabrá historias ella de las mozas puebleras!
"sin ir más lejos" una, con paños en la cara,
vino anoche a pedirle un favor especial....



Extraído del libro Médicos, magos y curanderos.  1945 Luis Gudiño Kramer

LA CANCION DEL CARDENAL!!! Gastón Figueira

Dentro de su linda jaula
canta, canta el cardenal.
¿Crees acaso que es feliz?
pues oye bien su cantar.

¿Por qué me habrán encerrado
si yo a nadie le hice mal?
mis pobres alas se abaten.
¡Ya perdí mi libertad!

Del nidito que dejé
en la selva, qué será?
¿También mis pobres hijitos
perdieron su libertad?

Dulce niño que a mi lado
vienes, de mí ten piedad;
ábreme la jaula y déjame
volver al valle natal.




Extraído del libro El escolar activo de Aglae y Matilde Chalde   1933
Tal vez alguna persona lo haya leído en su primer grado!!!!!!