Si quieres ser mi alegre compañera
por la ciudad enorme y bulliciosa
deberás aprender alguna cosa...
he aquí entonces mi lección primera:
ma sabrás esperar una hora entera
en una esquina, indiferente, airosa,
y si la tarde es invernal, lluviosa,
en un café, detrás de la vidriera.
A hurgar libros en toda librería,
a meterse de pronto en un tranvía,
a ir de una barriada a otra barriada.
A gozar con el aire de la calle,
con un toque de luz, con un detalle...
y a verlo todo sin fijarse en nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
baldomero siempre con su lenguaje simple hace historias interesantes.
ResponderEliminar