Como un eco del trueno
se oscurece la noche,
la lluvia en celo
provoca al horizonte.
El diluvio piadoso
se prodiga en el mar
con barras transparentes
y espadas de cristal.
La lluvia hace pocitos
en el mar sigiloso
y cada gota se abre
en un caleidoscopio.
La lluvia empapa al mar,
lo viste y la desnuda
sin cuidarse del faro,
borracho en su burbuja.
Sirenas y delfines
se pasan sus alarmasy huyen a esconderse
en sus bosques de agua.
Y así hasta que las nubes
se hartan de la lluvia
y el mar se vuelve amparo
y espejo de la luna.
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