jueves, 28 de abril de 2011

TRISTE, MUY TRISTEMENTE... Rubén Darío

Un día estaba yo triste, muy tristemente
viendo como caía el agua de la fuente;

era la noche dulce y argentina. lloraba
la noche. Suspiraba la noche. Sollozaba

la noche. Y el crespúculo en su suave amatista,
diluía la lágrima de un misterioso artista.

Y ese artista era yo, misterioso y gimiente,
que mezclaba mi alma al chorro de la fuente.


Poesía, tomo II

1 comentario: