Bendito sea el labrador
que abrió surcos rectilíneos,
y bendito el sembrador
que en los surcos echó el trigo
Cantando creció el trigal
alegre de su destino.
¡bendito sea el segador
que en gavillas juntó el trigo!
Bajo el oro y la alegría
del fecundo sol de estío,
¡benditos los trilladores
que desgranaron el trigo!
Y bendito el panadero
que fué amasando la harina,
para que la casa nuestra
tenga el pan de cada día.
Extraído de "El escolar Activo" Curiosidad: en ese tiempo fué tenía tilde
por Aglae y Matilde Chalde
Editorial Estrada y Cía Buenos Aires
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