sábado, 16 de enero de 2010

EL ARBOL SECO Maria Marta Britos

Suplicante en lo alto cada rama.
como pidiendo al cielo por su suerte,
sin quebrarse ante el paso de la muerte,
con gotas de rocío se engalana.

Miles de alas pequeñas, milagrosas,
pudieron soñarte en primaveras,
pero quedaste desnudo en esta espera,
desnudo y enhiesto entre las rosas.

Debiera enfrentar el hombre su destino,
como el viejo árbol seco de la plaza.
enredando en ramas grises, mil caminos.

Simulando airoso que vive en una raza,
donde el verde entreteje en remolinos,
brotes tiernos y un trino que lo abraza..

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