El mar sus millares de olas
mece, divino.
Oyendo a los mares amantes,
mezzo a mi niño.
El viento errabundo en la noche
mece los trigos.
Oyendo a los vientos amantes,
mezo a mi niño.
Dios padre sus miles de mundos
mece sin ruido.
Sintiendo su mano en la sombra
mezo a mi niño.
de Ternura
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario